jueves, 23 de septiembre de 2010

La Uruguaya que se ganó el corazón de un blog.

Dice Constanza:
Soy Licenciada en enfermería, hija y amiga; pero me gusta decir a todos que soy escritora. Escribo cuando tengo ganas y tiempo, escribo cuando vuelvo del hospital, o cuando la inspiración me encuentra y yo encuentro lapiz y papel. Todo en mi fisionomía parece decir que soy morocha, que tengo el cabello largo y castaño oscuro y la piel bien ceñida a la cintura.
Me gusta mi forma de ser, sueño con volar y en alguno de mis aterrizajes de urgencia, encontrar al amor de mi vida. Vos que decís, ¿te prendés a este viaje?


La uruguaya vive sola, tiene una rara obsesión con vestir de blanco y queda en Stand by bastante tiempo, pero es buena flaca.

Sale a caminar todas las tardes, cuando no está tan cansada. Le gusta tocar el violín con los ojos cerrados, sacar fotos y hacer postres.
Es una loca linda, una flaca común con algo que la hace muy especial. 

Yo la siento a la uruguaya como parte de mí. Es que puede que sea simplemente un producto mío. Pero la quiero a la Costi.
Habla Frances e Inglés como las mejores, canta despacito todo el día. Le gusta leer, igual que a mí, pero ella adora a los escritores europeos.

Es buena loca, la costi. Casi casi la siento parte de mí.
Y quien sabe si no es un producto mio.

martes, 21 de septiembre de 2010

Back in the Game.-

Escuchame algo economía:



VOLVÍ.



Y rompo ladrillos con la cabeza, ¿me escuchaste?

jueves, 16 de septiembre de 2010

I believe I can fly ♪♫

"Un escritor es, por lo general, la mezcla de varias cosas: de la realidad, de sus fantasmas, de las cosas que crea. También, un escritor es esclavo de sus recuerdos. "

Ya no existen escritores.
Bah, si, los clásicos, los que son grandes y siguen vivos, Gabriel García Marquez, Ernesto Sábato.
El resto, best sellers y gracias, Paulo Coelho, Stephenie Meyer, el resto. Gente que no merece ser nombrada para que nadie los recuerde.
Decía que ya no existen escritores como se decía antes, a la vieja usanza. Esos que tomaban un café en el bar, diciendole "mozo, lo de siempre" y sacan su libretita, prenden un pucho -no fumo, pero hace a la imágen poética del escritor el pucho en la boca- y comienzan a escribir, con el ceño fruncido, tachando y reescribiendo, pasándose la mano por la frente, sonriendo de a ratos, levantando de vez en cuando la mirada para ver si se acerca otro escritor conocido, amigo suyo, a repetir su propia escena.
Así se recuerdan entre ellos, "yo veía a Bioy Casares con el tapado negro, escribiendo siempre en la misma mesa en la esquina del mismo bar; tiempo después, cuando lo conocí, no me animé a contarle ese detalle, que supuse le hubiera parecido obsesivo."
Los escritores de ahora, en cambio, ya no salen a la calle. Se sientan frente a una computadora a escribir autoayuda -que garpa más- y ya no crean historias.
Es tanta la necesidad de "fama ya, la vida es corta" que inclusive nosotros, que practicamos para ser grandes, publicamos todo como nos sale, sin  siquiera usar el corrector de Word.
Filtro nos hace falta, y también embadurnarnos un poco más con la realidad que nos rodea. Y no me refiero a relatar muertes y choques de autos, sino a la simpleza de las cosas simples, a la grandiosidad que se puede otorgar a un simple cartel mal pegado entre Maipú y San Lorenzo.
Gente que escribe y que lee: Creo en ustedes. Creo en mi misma.
San Martin dijo, serás lo que debas ser o no serás nada. Y yo quiero ser escritora.
Salgamos a la calle, acompáñenme en sus ratos libres.

martes, 14 de septiembre de 2010

Labrad, amigos, de piedra y sueño en el Alhambra, un túmulo al poeta.-



Bodas de Sangre
Acto tercero
Cuadro primero
¡Calla! 
Desde aquí yo me iré sola.
¡Vete! ¡Quiero que te vuelvas!
 
¡Calla, digo!
 
Con los dientes,
con las manos, como puedas.
quita de mi cuello honrado
el metal de esta cadena,
dejándome arrinconada
allá en mi casa de tierra.
Y si no quieres matarme
como a víbora pequeña,
pon en mis manos de novia
el cañón de la escopeta.
¡Ay, qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!
¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
 
Ya dimos el paso; ¡calla!
porque nos persiguen cerca
y te he de llevar conmigo.
 
¡Pero ha de ser a la fuerza!
 
¿A la fuerza? ¿Quién bajó
primero las escaleras?
 
Yo las bajé.
 
¿Quién le puso
al caballo bridas nuevas?
 
Yo misma. Verdad.
 
¿Y qué manos
me calzaron las espuelas?
Estas manos que son tuyas,
pero que al verte quisieran
quebrar las ramas azules
y el murmullo de tus venas.
¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta!
Que si matarte pudiera,
te pondría una mortaja
con los filos de violetas.
¡Ay, qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!
 
-¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
Porque yo quise olvidar
y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía.
Es verdad. ¿No lo recuerdas?
Y cuando te vi de lejos
me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo
y el caballo iba a tu puerta.
Con alfileres de plata
mi sangre se puso negra,
y el sueño me fue llenando
las carnes de mala hierba.
Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra
y de ese olor que te sale
de los pechos y las trenzas.

-¡Ay qué sinrazón! No quiero
contigo cama ni cena,
y no hay minuto del día
que estar contigo no quiera,
porque me arrastras y voy,
y me dices que me vuelva
y te sigo por el aire
como una brizna de hierba.
He dejado a un hombre duro
ya toda su descendencia
en la mitad de la boda
y con la corona puesta.
Para ti será el castigo
y no quiero que lo sea.
¡Déjame sola! ¡Huye tú!
No hay nadie que te defienda.

-Pájaros de la mañana
por los árboles se quiebran.
La noche se está muriendo
en el filo de la piedra.
Vamos al rincón oscuro,
donde yo siempre te quiera,
que no me importa la gente,
ni el veneno que nos echa.

-Y yo dormiré a tus pies
para guardar lo que sueñas.
Desnuda, mirando al campo,
como si fuera una perra,
¡porque eso soy! Que te miro
y tu hermosura me quema.

-Se abrasa lumbre con lumbre.
La misma llama pequeña
mata dos espigas juntas.
¡Vamos!

                -¿ Adónde me llevas ?

-A donde no puedan ir
estos hombres que nos cercan.
¡Donde yo pueda mirarte!

-Llévame de feria en feria,
dolor de mujer honrada,
a que las gentes me vean
con las sábanas de boda
al aire como banderas.
-También yo quiero dejarte
si pienso como se piensa.
pero voy donde tú vas.
Tú también. Da un paso. Prueba.
clavos de luna nos funden
mi cintura y tus caderas.
 
¿Oyes?
 
Viene gente.
 
¡Huye!
Es justo que yo aquí muera
con los pies dentro del agua,
espinas en la cabeza.
Y que me lloren las hojas.
mujer perdida y doncella.
 
Cállate. Ya suben.
 
¡Vete!
 
Silencio. Que no nos sientan.
Tú delante. ¡Vamos, digo!
 
¡Los dos juntos!
 
¡Como quieras!
Si nos separan, será
porque esté muerto.
 
Y yo muerta.
 
Uno de los libros que más me marcó estaba escrito por la pluma del mismísimo Federico, el poeta de Granada. Murió fusilado, por rojo, por republicano, por revolucionario, por maricón, siendo este último el peor de los delitos para los falangistas españoles.
Antonio Machado recitó su muerte con una maestría sublime en estos versos:
"Se le vio caminando entre fusiles por una calle larga; 
salir al campo frío, aún con estrellas de la madrugada.  
Mataron a Federico cuando la luz asomaba
El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos; rezaron: ¡ni Dios te salva! 
Muerto cayó Federico —sangre en la frente y plomo en las entrañas— 
Que fue en Granada el crimen, sabed, ¡Pobre Granada! en su Granada" 
Ese muerto, enterrado en una fosa común, compartiendo sangre y tumba y túmulo, y sueños con por lo menos cinco idealistas más es el compositor de tan hermosa música recitada, de tan hermosos versos teatrales, de tan hermoso amor enamorado.
Hoy estoy Lorquiana, no es raro, lo raro es que todavía no haya hecho un homenaje como Dios Manda a mis muertos -en palabras de Gabriel Celaya-. Bah, si, empecé con La Negra, porque el epitafio tan sentido al maestro de Portugal no cuenta como homenaje merecido.
Uno de estos días me voy a encargar de él.

A todos, GRACIAS POR LEERME. Yo se que por ahí me corto sola, conozco mi caracter y sé que soy algo forra, que me cuelgo y no paso a devolver saludos por sus blogs, o por ahí paso y no comento porque no siento que tenga algo importante para decirles. Aun así, gracias por leerme, por opinar y comentar con críticas constructivas que tan bien me hacen. Gracias por interesarse, por darme una oportunidad, por leer a mis maestros de la infancia y de la vida. 
Gracias por estar del otro lado, chicos. Mil gracias.

Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!
 
Mechi.-

martes, 7 de septiembre de 2010

Cada Ciudad.


Cada ciudad es un montón de piedras y de sueños
Cada ciudad es una tribu en cajas de hormigón
Cada ciudad es un infierno en los suburbios más lejanos de este cielo
Cada ciudad son cuatro lucecitas de neon
Todas las calles de toda ciudad
Llevan al mismo lugar

La inmensidad de un panal de cemento desbocado por atacar
Cada espejismo de cada ciudad, fotos del mismo lugar
Bloques al sol, conexión de hormigueros colapsados de humanidad
Donde el vidrio es pan, donde el hierro es piel, donde todo es reloj
Donde el sueño se suicida frente al televisor
La marea gris, la garganta gris, armara su legión
Con los hijos del insomnio en peceras de alcohol

Un patrullero cruza la noche, huyen las flores del boulevard
Cierran sus ojos las marquesinas, abren las puertas del hospital
Mundos dentro de mundos en cada cuadra
Son los que viven juntos, buscándose
Un ángel agoniza en la cantina
Alguien pasa su vida perdiendo el tren
Hay un río de zapatos y corbatas
Un estanque de automoviles huyendo
Hay caníbales rompiendo la piñata
Hijas de un motor, madres del malon
Tumbas de los perros de la calle que salieron a matar
Por la ciudad

Hay un niño asesino perdido en las puertas de un subte, larai larai
Yace un tigre maldito escapado del circo de un pueblo
Se ha dormido una noche de fiebre, de abril o de Octubre
En la linea fantasma que une Moscu con Belén
Una niña desnuda le reza a la virgen de nadie, larai larai
El poeta olvido para siempre cual es su ciudad
Y en la esquina que vende por kilo la merca y la carne
Pegaran el afiche que libra del juicio final

Y todas las ciudades son la Roma de Nerón
Y siempre esta Berlín partida al medio
Y las revoluciones rompen en el malecón
Y todos los Quijotes se cayeron
Y todas las murallas se construyen otra vez
Y todas las muchachas son Julieta
Y en todo el paraíso no hay lugar donde vivir
Y siempre esta girando la ruleta
Hoy desperté en una ciudad desconocida furiosa y triste
Queda de paso hacia un lugar que ya no existe
Con todo lo que tengo me aferro a lo que sea
Al ruido de una feria, la ropa en la azotea
La puerta de una iglesia, esquinas parecidas
La luz de las estrellas, distantes y distintas
Buscando el lado amable del mapa más ajeno
La plaza impronunciable, el árbol extranjero
Me trepo hasta su copa, de nombre en otro idioma
Creyendo en tu jardines
Y tu jardín asoma...♪♫

Siempre que escapo mi ciudad me esta esperando
Solo me pide que al volver vuelva cantando...

Si mi destino fue nacer en tus esquinas
A cada esquina he de volver, cantando he de volver, volver...

Para volver hasta la cuadra de mi barrio y a tu puerta
Para volver a tu rincón y mi rincón en el planeta
Porque me diste la vida, soy de tu vida un retazo
Tierra de todos mis días, quiero morir en tus brazos
Mi ciudad!

lunes, 6 de septiembre de 2010

Zombie Attack.-

Tenía muchas ganas de verte. Muchísimas ganas de estar con vos, muchas ganas de ser feliz a tu lado.
Me banqué la SAL del fin de semana para estar con vos. Ocho horas y media de viaje en colectivo, un piquete de Paraná Metal, un judío psicólogo y un judío empresario que habían recorrido el mundo.
Y encima de todo, indisponerme.
Pero ¿sabés qué? Valió la pena. ¡De verdad! aprendí bastante de filosofía, me quejé de la personalidad de Sócrates, viejo forro, blasfemé contra Santo Tomás de Aquino, acusándolo de carne débil, y a pesar de todo vos me hiciste sentir tan bien, pero taaaaaaaaaaaan bien que quiero decirte, antes de ir a dormir, que es cierto: cuando estoy con vos, no necesito nada.

Te amo demasiado, Albano Jofré. Quiero que sepas que mientras quieras, vas a seguir siendo el amor de mi vida.
Te amo y cada vez que estoy con vos me agarra un no-se-qué y no me quiero ir nunca nunca de tu lado. Pero las despedidas son difíciles, y el camino es largo, pero como todo lo dificil y largo, siempre está bien recompensado al final...
Y un día me vas a ver llegar con mi carita de zombie travesti prostituta epiléptica pichada ninfómana y hambrienta de fama tan tierna que a vos te gusta tanto, con una valija en una mano y el corazón en la otra, con todas mis virtudes y todos mis defectos cargados a la espalda y voy a correr a abrazarte al grito de TINKERBEEEEEEEEELL!! y no me voy a ir nunca más de tus brazos.
Te amo.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Esto ya no tiene nombre.

Esto es una joda, diganme que no me pasé 8 horas y media en un colectivo, diganme que no me indispuse.
Puta madre.

Hacete fan :)