lunes, 29 de noviembre de 2010

Como lo siento yo.




Esta noche tuve miedo. Tuve mucho mucho miedo.
Son las ocho menos cinco y no he dormido, por el miedo irracional a algo que sé racionalmente que no es posible. Tengo miedo de estúpida, tengo miedo de miedosa, de infantil, de pelotuda. Tengo miedo porque alguna debilidad tenía que saltar a la luz.
Esta noche, y hace un tiempo, volví a hablarle. Volví a confiar en él, a entregarme entera, a creer en él.  Sé que cuando le hablo me escucha, me abraza, me tranquiliza. Sé que si no me es suficiente es porque yo soy una miedosa y no por otra cosa.
Me acunó en sus brazos, nunca le pedí que esté para aprobar un exámen. Me acunó en sus brazos y me tranquilizó. Un rato después, mi cabeza seguía a mil.
Es muy importante en mi vida, aunque yo quiera decir lo contrario. Siempre digo que puedo sola, pero la verdad es que jamás hubiera dado ciertos pasos si él no hubiera estado ahí, acompañándome, regalandome el libre albedrío, permitiéndome equivocaciones, alentándome a seguir.
Tratando de atajarme para que no me caiga, tendiéndome la mano si la caída era inminente.
Sería poco sin él. No tendría esta seguridad que tengo, que pocas veces -como esta noche- se quiebra, dando lugar a la pendeja llorona y tonta que ahora me siento.
Sería hidrógeno sin él, él me hace ser agua. Aun si fuera agua estaría estancada, él me hace ser río y correntada, energía y frescura en movimiento, plenitud y profundidad.
Él me completa, me llena, me protege. Él está cada vez que necesito, no importa absolutamente nada más. Está ahora a mi lado, seguramente riéndose de como el miedo no se me va a pesar de estar hablando de él. Él es lluvia cuando lo necesito, y es sol cuando el frio me invade. Es tranquilidad cuando me abruman las cosas, es delirio cuando la cordura es innecesaria.
Él está. Él es. Es verbo. Es carne. Es cuerpo, cuero, energía, es voz, es abrazo, es amor incondicional, es sueño y realidad aplastante. Es el simbolo más hermoso del amor enamorado; enamorado de la vida. Es la vida misma glorificada.

Gracias, Dios. Te necesitaba.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Violentar la paz, el peor de los delitos.

Para ser un país tan joven, Argentina tiene una historia muy brusca, muy violenta, muy extremista.
Pasamos del amor al odio, del exito al fracaso, del miedo a la soberbia en cuestión de minutos.
Tenemos historia de revoluciones, y también tenemos la capacidad de desvirtuar cualquier ideología que se nos presente.
Mahatma Gandhi, un hombre al que personalmente admiro muchísimo porque demostró al mundo que se puede sin poder, que se hace sin violencia, que se cambia el rumbo del mundo sin destrucción de por medio, dijo "No hay caminos para la paz, la paz es el camino." y yo la adopté como frase de cabecera.
La lucha contra la violencia significa mucho para mí. Es mi forma de cambiar al mundo, es mi granito de arena. Es mi forma de pensar en los demás.
Soy partidaria del cambio, de la revolución, de la evolución, de la civilización, de la solidaridad, de la igualdad, de la fraternidad. Para ello, soy ferviente defensora de la educación. De la educación para la libertad.
La lucha para la libertad es otro de mis ideales, pero mi lucha va acompañada de la educación, la responsabilidad, la ética y el libre albedrío. Creo que todas estas características en una persona hacen que sea libre. Libre y justa. Defensora de su libertad y de la libertad de los demas.
Miguel Hernandez no pudo haberlo dicho mejor:

"Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida."

"AUN TENGO LA VIDA" es una frase que rescato. Luchar hasta el último aliento. Para la libertad.

¿A qué viene todo esto? Bueno, en realidad, me molesté bastante al escuchar el kilombum tremens que pasó en el Colegio Nacional de Formosa. El pendejo "revolucionario" es un chico que lastimosamente -y digo lastimosamente porque de verdad me molestaría que me relacionen con él- lleva como segundo apellido el mío. Y lo hace notar, como si de la oligarquía se tratase.
Fraudes electorales, la razón del revuelo. Eso, y represión policial.
Si, soy de un lugar en donde es normal que la policía abuse de su poder, pero creo que la violencia es fruto de un choque de intolerancias, y esto realmente lo fue.
Soy partidaria del libre albedrío, y no está entre mis ideas el "adoctrinamiento de las masas" sino la educación a las personas. Lo que hace el chiquito este -que se considera del partido obrero (?)- es inducir a sus compañeros -que no agarraron nunca una pala ni un libro y no tienen NI PUTA IDEA de por qué mierda pelean- a actuar de determinada forma, "en contra del sistema", lo que hace la policía es reprimir cualquier sintoma de pensamiento distinto. Tch... Choque de intolerancias.
La revolución verdadera viene de la mano de la razón, no de la fuerza. La revolución comienza con nosotros haciendo bien las cosas antes de exigir a los demás que las hagan bien. La revolución es el sueño puesto en marcha, la ilusión de un mundo mejor comenzando Ya.
La libertad al servicio del sentido común.

UNA REVOLUCIÓN VIOLENTA ES GATOPARDISMO, y necesita violencia para mantenerse. Porque los revolucionarios, igual que los Sicilianos, creen que su ideología es perfecta, y que cualquier adaptación es sintoma de debilidad.
Una revolución verdadera lleva tiempo, pero se introduce en los huesos de los nuevos hombres y mujeres, en el habito, en el caracter, en el alma y logra que el mundo cambie y mejore, evolucione, revolucione.

Amor a la revolución es amor al cambio, al renacer, a la paz. Todos estamos en busca de ese bien absoluto, para eso revolucionamos.
Sepamos que ese bien absoluto no incluye, de ninguna manera, la violencia. Y tiene la capacidad de dialogo. No la perdamos nosotros.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Que nadie te haga pensar que no fuimos los mejores.-

El mundo seguía girando. Ella continuaba tirada en la cama, suspirando largamente y mirando las sombras que se proyectaban en la habitación.
Y el mundo hijo de puta seguía girando. Nunca supo por qué, pero supuso que si algún día se encontraba en el estado en el que ahora se encontraba, todo iba a quedar estático, como una instantánea en donde solo ella iba a moverse de manera que el tiempo que le llevase volver atrás fuera simplemente recordado por ella.
Francisco no llamaba hacía 53 horas. Las tenía contadas, con sus minutos.
Ella desperdiciaba la vida que le quedaba mirando sombras, sintiendo su perfume en el aire, escuchando su voz en la memoria.
Por fin pasó. El lapso interminable dió paso a una voz ronca que preguntaba por ella, que pedía perdón, que susurraba te amo en su oído. Cincuenta y tres horas de suspenso acabaron en un minuto, cuando Francisco suspiraba con la voz contenida, te amo, te amo...
Milagros comenzó nuevamente a llorar.
-Quiero verte,  -susurró la voz del otro lado.-Quiero verte, abrazarte, sentirte. Quiero besar tus labios, Mili.
-¿Querés venir?- preguntó con el corazón en la garganta.
-Estoy en camino.


Se incorporó con una energía renovada, que no sentía hacía mucho tiempo. Se vió a sí misma con miedo, con amor, con orgullo, con ojeras.
Era suficiente. Ese hombre había superado las pruebas, ese hombre de verdad la amaba. Ese hombre era valiente y ahora estaba en camino a encontrarse con ella.
Ese hombre valiente la amaba, y cuánto amaba ella a ese hombre!
Quiso, como deseo, besar sus labios infinitos eternamente y quedar en su alma para no poder morir jamás. Quiso ser luna, quiso ser cielo.
Y como luna se entregó a sus brazos cuando bajó a abrazarla.
¡Cuánto lo amaba y cuánto lo necesitaba! ¡Cuántas noches llorando por él aun sin conocerlo!
Se quedaron en silencio unos instantes. No hacía falta más.
Un abrazo, la noche, Francisco, Milagros.
Ciertas certezas se dan solo una vez en la vida.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Las Ideas no se matan.

No había vuelto a escribir desde hace mucho, pero no crean que no hice los deberes.
Tengo una lista bastante interesante de temas a tratar, pero ninguno me pareció tan conveniente para el día de hoy.

Voy a dejar que esto hable por mí.
On ne tue point les idèes, Domingo Faustino Sarmiento.
Ensayo Sobre la Lucidez, José Saramago.-

Extraño los blog que sigo, gente. Esto es un ponganse las pilas general.
Los quiero.

Hacete fan :)