El mundo es una pesadilla y yo he sido tan feliz, el mundo se derrumba y gira... Pido disculpas por vivir.
La pupila archivó un semáforo en rojo, una mochila, un Peugeot y aquellos ojos miopes; y la sangre al galope por mis venas, y una nube de arena dentro del corazón.
Más garúa, más te extraño, arrodillado en mi boca, nunca juego bien esta historia, del tipo “Buen Perdedor”
Y no puedo respirar, tengo cuarenta mil de fiebre, un minuto antes de dejar de quererte... Y me duele la ciudad y tengo un acorde entre los dientes, un minuto antes de dejar de quererte.
A veces pasa que la fiebre sube misteriosamente y se retira sin razón, como toda aparición.
Antes de cruzar por tu futuro mirá hacia ambos lados: me estás dejando atrás.
"Vamos princesita, conocemos el cuento: somos leña mojada, se nos vino el invierno; así que vamos mi amor, ahorrémonos este olor a velorio y tanta caricia seca... Me llevo las mejores noches y un vino a medio tomar, es muy larga la ruta del desengaño y siempre hay a mano con quien brindar."
Con el descubrí que hay amores eternos que duran lo que dura un corto invierno.
Ojos que aprendan a mirar, labios que quemen, sabios que enseñen a besar, delirium tremens.
Por eso sé que perderte no era quedarse sin nada, la muerte es sólo la suerte con una letra cambiada.