Era la segunda vez que empezaba una historia de la misma manera:
-No, no soy la mejor persona del mundo pero si te sentás puedo contarte un par de cosas.
Hice una pausa y luego volví a mirarlo - Hace frío ¿no? Voy a prender la calefacción un ratito, ¿querés un té? ¿un café? ¿qué tomás?
Me respondió que nada, o que lo que yo tome, así que le acerqué un mate amargo y galletitas dulces.
-Odio el invierno- le dije cuando volví a sentarme.- Eso que ni siquiera empezó. El frío me hace acordar de todas las cosas malas, que no son pocas.
Soy, y siempre fui -empecé a contarle- la hermana tonta, la que se callaba, la que no contaba nada. No entro exactamente en el perfil de chica perfecta, era mala para la música, sospeché siempre que era adoptada, tenía un complejo de inferioridad que solo logré paliar cuando caí en cuenta que era un poquito más inteligente que el resto. Me envolví en la lectura, en la trama, en la historia, en mejorar día a día, en no creerme los cuentos, en buscarle el lado humano a las princesas, en cuestionar a los príncipes. Y me hice experta en no llorar por llorar, en reir más tiempo que el debido, en no saber que decir e inclusive ahí decir lo apropiado. Me centré en ser mejor que yo misma, claro, no iba a competir con nadie y menos con mi hermana, aunque después le agarré el gustito.
Eran competencias ilógicas, era centrarme en un autismo voluntario, era ser invisible hasta que pueda sobresalir, era jugar sola.
Es una estupidez lo que te estoy contando, era necesario que se lo cuente a alguien. Mi historia no sigue como te imaginás, nunca fue mi estilo hacerme la pobrecita. Al contrario. Creé una barrera hacia todo lo que venga de los demás, un método de actuación y una filosofía de vida: "yo a vos no te creo nada, como vos vas a creer en mí." como el de la canción. Jamás puse las manos en el fuego por nadie, y menos por mí misma.
Es que no soy una persona confiable, soy demasiado fría y aparento ser demasiado cálida. No puedo categorizarme sola, siempre me creo con fuerzas de decidir razonando absolutamente cada paso que doy y si lo pienso demasiado, todo me lleva a que soy una mala persona que no piensa en los demás. No es así. Tardo uno o dos días en autoconvencerme de que no tengo el control de todo, que también soy humana y que puedo ilusionarme con algo sin merecer un castigo divino por eso.
Me gustaría presentarte a mi conciencia. Es esa hija de puta que cuando llegaste no te saludó porque piensa que todo es un signo de debilidad y que cualquier signo de debilidad está mal. Se llama Mercedes también, y lo que no puede regular no le importa.
No cree en nada ni en nadie, para ella es todo mentira, todo chamuyo, todo retórica. Está acostumbrada a escucharme, pobrecita. No se hace ilusiones con nada, o al menos eso es lo que me dice, que ella está más allá de ilusionarse y decepcionarse.
Tiene un target altísimo en cuanto a chicos. Las chicas las descarta, no las banca demasiado. Aunque también le parecen muy sexies y no se banca a la gente que se asusta cuando quiere expresar eso. Me influye mucho ella en la decision de encontrar a alguien, me vive diciendo "mirá que si le gusta el chicle vas a pelear y no podes pasar tiempo con una persona a la que le gusta masticar chicle, aunque no lo haga enfrente tuyo" y casi siempre me convence. Es exigente pero muy poco superficial. "Me gustan los chicos con abdominales" le digo. "me gustan los chicos con cerebro" me responde y vuelve a ganarme.
Aunque no creas hay un punto débil, creo que en un punto ella también es humana: le molesta ver gente sufriendo. No a mí. Que yo sufra le parece justo. Ver a los demás sufriendo. Se aflige, necesita ayudar y se enloquece si no puede, si no encuentra una solución.
No somos personalidades distintas, somos como componentes de una misma. No sé si somos raras, pero mientras yo me muero por estar con vos un segundo más ella no quiere verte, pero se muere por verte. ¿O esa soy yo?
De cualquier manera, espero que quieras quedarte un rato más, ¿Qué me decías del mate?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dale, hablame, me vas a hacer muy feliz.