No dormimos. Nuestra botella de agua está llena de alcohol variado y café con leche. El pan de cada día son medialunas de la facultad. Seguimos soñando, seguimos pensando que todo esto no es en vano, que es posible hacer realidad los sueños y llegar a los objetivos.
Este es el tramo final para terminar de preocuparnos por esto y empezar a preocuparnos por eso otro.
Sin perder la esperanza, sin bajar los brazos, sin dejar de luchar.
A cada paso el horizonte es más claro y sigue siendo tan hermoso como lo imaginabamos, tal vez más.
No estamos vencidos, estamos más vivos que nunca.
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