martes, 17 de mayo de 2011

Diatriba de amor contra un hombre sentado que piensa y espera.

De manera que llegado el día, no ha de faltar un hombre que me ame de sobra para despertarme de amor cuando me haga la dormida, para que tumbe la puerta del baño cuando lo esté haciendo esperar demasiado, para que no le asuste ser vampiro en una que otra luna, y que sea capaz de serlo donde sea y como sea y no siempre en la cama como los muertos. Un hombre que no deje de hacerlo conmigo porque se imagina que no quiero, sino que me obligue a querer hacerlo aunque yo no quiera, a todas horas y en cualquier parte, como sea y por donde sea, debajo de los puentes, en las escaleras de incendio, en el retrete de un avión mientras el mundo duerme en medio del Atlántico, y que aun en las tinieblas exteriores o en los finales más ciegos sepa siempre que soy yo la que está con él, y que soy yo y ninguna otra la única que fue mandada a hacer sobre medidas para hacerlo feliz y ser feliz con él hasta la puta muerte.

-Grabriel García Marquez.

martes, 10 de mayo de 2011

Saudade.


Inés - Escucha, Pedro, voy a confesarte algo que ninguna mujer confiesa. Si la primera vez que llegaste a mi puerta, en lugar de prometerme amor eterno, me hubieras dicho que era sólo por aquella noche, me habría entregado lo mismo para tener siempre algo hermoso que recordar. Cuando volviste al día siguiente pensé que eras galante. Cuando volviste otra vez creí que eras generoso. Y de repente, cuando ya no necesitaste volver porque ya no te fuiste, toda yo me puse a temblar, con ese miedo feliz de quien está viviendo un milagro. Te hubiera dado las gracias toda mi vida por una sola noche, y no ha sido una, ni cien, ni mil. ¡Son ya diez años llenos de ti día por día! ¿Será posible todavía más... o habrá un castigo allá arriba para los que hemos sido demasiado felices?
Pedro - ¿Lo eres en este momento?
Inés. - ¿Por qué lo preguntas si estoy contigo?
Pedro. - Porque es una felicidad bien extraña la tuya, con los ojos húmedos. Una felicidad con todos los gestos de la tris­teza, como si en vez de vivirla la estuvieras recordando.
Inés - ¿No es eso lo que los portugueses llamáis "saudade"?
PEDRO. - No; saudade es la pena de ausencia que se siente
Inés - ¿Qué es lejos para ti?
Pedro - Otros árboles, otra manera de hablar... otro país.
Inés - Demasiado. Para una mujer es lejos todo lo que está más allá de sus brazos.
Pedro - Saudade es dolor del bien perdido, y tú no has per­dido nada aún.
Inés - ¿No estoy perdiendo algo tuyo a cada momento? Cuan­do acabas de besarme ya siento saudades de aquel beso que se va. Cuando te duermes, aún no has terminado de cerrar los párpados y ya tengo saudades de tus ojos.
PEDRO. - Es milagroso que podamos sentir tan igual siendo tan distintos. Tú la ternura y yo la fuerza. Para ti la caricia y la canción de cuna; para mí el grito y el caballo.
Inés. - No podemos negar nuestra tierra: España tiene nom­bre de madre; Portugal, de galán. Eso es lo que me da miedo de ti.

lunes, 9 de mayo de 2011

Américas.

(Pablo Neruda - Gustavo Becerra-Schmidt)



Viva Colombia, bella y enlutada
y Ecuador coronado por el fuego,
viva el pequeño Paraguay herido
y por desnudos héroes resurrecto,
oh, Venezuela, cantas en el mapa
con todo el cielo azul en movimiento
y de Bolivia los huraños montes
los ojos indios y la luz celebro:
Yo sé que quienes cayeron
defendiendo el honor fueron los pueblos
y amo hasta las raíces de mi tierra
desde Río Grande hasta el Polo chileno
no sólo porque están diseminados
en esta larga lucha nuestros huesos,
sino porque amo cada puerta pobre
y cada mano del profundo pueblo.

Y no hay belleza como está belleza
de América extendida en sus infiernos,
en sus cerros de piedra y poderío,
en sus ríos atávicos y eternos
y te amo en los recónditos espacios
de las ciudades con olor a estiércol,
en los trenes del alba vacilante,
en los mercados y en los mataderos,
en las flores eléctricas de Santos
en la cruel construcción de tus cangrejos
en tu decapitada minería
y tus pobres borrachos turbulentos.
El planeta te dio toda la nieve,
aguas mayores y volcanes nuevos
y luego el hombre fue agregando muros
y adentro de los muros, sufrimiento
y es por amor que pego en tus costados:
recíbeme como si fuera el viento.
Te traigo con el canto que golpea un amor
que no puede estar contento
y la fecundación de las campanas
la justicia que esperan nuestros pueblos.
Y no es mucho pedir, tenemos tanto,
Y, sin embargo, tan poco tenemos
que no es posible que esto continúe.
Éste es mi canto, lo que pido es eso:
porque no pido nada sino todo
lo pido todo para nuestros pueblos
y que se ofenda el triste presumido
enloquecido con un nombramiento
yo sigo y me acompañan dos razones:
mi corazón y mi padecimiento.

"La espina dorsal del planeta es mi cordillera."

jueves, 5 de mayo de 2011

Mucho más grave.

Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo 
y eso en verdad no es nada extraordinario 
vos lo sabes tan objetivamente como yo. 
Sin embargo hay algo que quisiera aclararte, 
cuando digo todas las parcelas
no me refiero solo a esto de ahora, 
a esto de esperarte y aleluya encontrarte, 
y carajo perderte, 
y volverte a encontrar, 
y ojalá nada mas. 
No me refiero a que de pronto digas, voy a llorar 
y yo con un discreto nudo en la garganta, bueno llora. 
Y que un lindo aguacero invisible nos ampare 
y quizás por eso salga enseguida el sol. 
Ni me refiero a solo a que día tras día, 
aumente el stock de nuestras pequeñas y decisivas complicidades, 
o que yo pueda creerme que puedo convertir mis reveses en victorias, 
o me hagas el tierno regalo de tu más reciente desesperación. 

No. 
La cosa es muchisimo mas grave. 
Cuando digo todas las parcelas 
quiero decir que además de ese dulce cataclismo, 
también estas reescribiendo mi infancia, 
esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes 
y los solemnes adultos las celebran, 
y vos en cambio sabes que eso no sirve. 
Quiero decir que estas rearmando mi adolescencia, 
ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos, 
y vos sabes en cambio extraer de ese páramo, 
mi germen de alegría y regarlo mirándolo. 
Quiero decir que estas sacudiendo mi juventud, 
ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos, 
esa sombra que nadie arrimo a su sombra, 
y vos en cambio sabes estremecerla 
hasta que empiecen a caer las hojas secas, 
y quede la armazón de mi verdad sin proezas. 
Quiero decir que estas abrazando mi madurez 
esta mezcla de estupor y experiencia, 
este extraño confín de angustia y nieve, 
esta bujía que ilumina la muerte, 
este precipicio de la pobre vida. 
Como ves es más grave, 
Muchisimo más grave, 
Porque con estas o con otras palabras, 
quiero decir que no sos tan solo 
el querido muchacho que sos, 
sino también los espléndidos o cautelosos hombres 
que quise o quiero. 

Por que gracias a vos he descubierto, 
(dirás que ya era hora y con razón), 
que el amor es una bahía linda y generosa, 
que se ilumina y se oscurece, 
según venga la vida, 
una bahía donde los barcos llegan y se van, 
llegan con pájaros y augurios, 
y se van con sirenas y nubarrones. 
Una bahía linda y generosa, 
Donde los barcos llegan y se van 
Pero vos, 
Por favor, 
No te vayas.

Gracias Mario, Gracias Uruguay.

domingo, 1 de mayo de 2011

La tempestad.

 You have often
begun to tell me what I am: but stopp'd,
and left me to a bootless inquisition,
concluding 'Stay; not yet.'

Yo ya no se si naufragar es una opción aceptada,
solo sé que fuí la más linda del repertorio,
la que trajo con las flores el anillo de los dos,
sé que jugué bien mis cartas,
que protegí al Rey con cuerpo y alma,
y que la historia cambió.

Yo abordé el barco una madrugada,
miré a la orilla con esperanzas,
el horizonte me desafió y creo
que supe navegar los mares,
los ríos y las cataratas.
Ríos de oro moreno,
mares de sal y de escamas.
Ríos de sangre en los ojos,
ríos que sueltan amarras.

Y no se tampoco si la luz del sol
era la que alumbraba,
si eran pájaros los que cantaban,
si era azul el cielo, el agua clara,
el navío firme, las velas anchas.


Pero accedí a suponer que no soplaba el viento,
que la casita de naipes estaba a salvo,
que el sueño del payaso era tan cierto
y que la función estaba a resguardo.
que la función sostenía
quince papeles de barro,
quince fingidas palabras,
vueltas al escenario.

Así que dejé las flores en el jarrón,
y la fiebre fría, y este sudor que me acechaba,
dejé abierto el final, no asistí a la avant-premiere
de aquella desgacia.
Desgracia de tintes negros,
negra y oscura desgracia.

Y esa desesperanza desesperada
no encontraba lugar
esa humilde madrugada,
y este "dejá ya de llorar"

Esta pregunta de acordes desafinados,
¿Me podrás querer un rato
aunque te llegue a doler?

Y otra vez invaden las sombras
"te traes la noche en los hombros"
y seguían abiertos tus ojos
en la tibia oscuridad.

"no te desveles tanto"
Te miraba como si fueras a verme,
"¿No querés pelear un rato más
contra lo inevitable?"

Hay veces que duermo,
y a veces ni eso,
alfileres de plata
me inundan los sueños.

Alfileres de plata
me roban los besos.

Alfileres de plata
me roen los huesos.

Hay veces que duermo, y a veces ni eso
el llanto me cubre los ojos de cieno
y el miedo me inunda, me invade un miedo:
perderme en la noche sin la luz del cielo,
perderme en la noche a merced de un trueno,
perderme en la noche y no dormir en tu pecho.

Hacete fan :)