jueves, 26 de abril de 2012

Bizarro Made in Argentina.

La Hofstadter dice:
      Cualquiera que me conozca lo sabe, tengo una locura con lo bizarro. Mi debilidad son los travestis pero no discrimino a ningun tipo de bizarreada. Déjenme explicarles:
       Para los que no me conozcan no, no tengo ningun tipo de mambo sexual con los travestis. Pero me encantan, me gusta la gente que es auténtica y los travestis supieron llevar a un plano muy palpable su autenticidad, son auténticas mujeres, mujeres a las que les gusta reirse de sí mismas, mujeres extravagantes en general, a las que no les avergüenza su condición de no-se-que-sos porque ellas lo saben perfectamente. Eso es lo que me gusta y me llama la atención de los travestis. Y la gente bizarra también es así.
Sí, es más que probable que tengan algun mambo en la cabeza, pero ¿quién no lo tiene? Pasa que el resto de nosotros, los "normales", tratamos de mantenerlo en secreto, suavizarlo, canalizarlo (a menos que alguno que esté leyendo sea tan horriblemente normal que desde ya me horrorizaría, que no tenga hobbies, que no tenga gustos personales, que sea pura y exclusivamente construcción de la sociedad que lo mantuvo alejado de orientaciones "peligrosas" durante toda su vida y ahora responda a un burocrático sistema mental, fisiológico y metodológico). La gente bizarra es como es por naturaleza. Y no se avergüenza y se la banca como tiene que ser.
A mi me gusta la gente bizarra. Me gusta de corazón. Me gusta Zulma Lobato, me gusta Electra, me gusta la que canta La Ronchita y cuenta la anécdota de "Dame la papafrita!", me gusta inclusive La tigresa del Oriente, y hasta Verónica Christen. No me gusta la gente que hace negocio de lo bizarro y en esta categoría incluyo a Delfín Hasta el Fin y excluyo a Anabella Ascar que a esta altura es una bizarra en sí misma.
Atendiendo a esto, me copan los virales y reafirmo a internet como el centro difusor de la bizarría.
Mientras los canales de televisión fomentan un lifestyle de los noventa, todo muy grasa pero caro, donde surgís por el culo como manzanita o las tetas como sandías que tengas y tal vez, solo tal vez, por la cantidad de poder acumulado que tengan los tipos con los que te acostaste para llegar a la pantalla y asímismo quedar eliminada de la memoria popular en cosa de una semana; internet ofrece otra posibilidad: decime lo que sabés hacer, lo más raro que tengas, lo más inalcanzable, lo más ridículo, lo más inteligente, lo mejor que tengas. Te propone sacar lo mejor de vos. Te exige, somos 7mil millones, mostrame algo que vos y solo vos sepas hacer.
Cada cual tiene su talento, o sus ganas de ser famoso aunque sea 15 minutos, aunque sea a través de un único viral que sacuda un país entero y después millones te olviden, pero otros miles no. Algunas veces ni siquiera hay ganas de que se vuelva viral el video, a veces esa casualidad se aprovecha. Genera odios, amores, genera un montón de cosas excepto una: Jamás será impuesto como en la televisión. Jamás se levantará por falta de audiencia o se sobrercargará de contenido porque la gente respondió demasiado bien. Simplemente seguira fluyendo, concluirá un ciclo y pasará otro a ocupar su lugar.

A mi me gusta la gente bizarra. La gente que no discrimina, la gente que no actúa, la gente que tiene algo en la cabeza, aunque sea una locura y no se avergüenza por eso.

Distinto es el caso, claro, de las modas sin sentido que pasan de vez en cuando. Cumbio, la bisexualidad, la élite de cyberfamosos, los idiotas que creen que se puede surgir en twitter, y consecuentemente los noticieros que, como no tienen otra verga que mostrar, sacan a relucir estas cosas deplorables.
Facebook, hace unos meses, puso una categoría que a mi me parece medio complicada: La suscripción. Le resté importancia y como siempre -dije en ese momento- las minas que se saquen fotos en bikini van a tener a la horda de pajeros siguiéndolas, algo que es para ellas tan necesario como el aire.
Pero la cosa se puso seria. No eran las mismas de siempre. Eran minas con hambre de fama, gente que se vuelve completamente vulnerable frente a la aceptación popular. Que entra en un estado de éxtasis cuando encuentra que sus notificaciones exceden mucho más de las que alguna vez tuvo en su vida, desarrollando un trastorno histriónico violento y galopante.
Imaginate, vos, mina normal con lindo físico, con 698 suscriptores te preguntarás ¿Quieren leer lo interesante que soy? No. Ya sabés que no.
Ahora que el album que se llamaba "Camboriu con el Fede y la China" y que tenía 33 fotos en donde también era importante la posada, el desayuno que se mandaron, el milo en la playa y Fede y vos haciendo castillos se convirtió en "Solita en casa :$ quién me hace compañía" con 1023 fotos tuyas en distintas posiciones provocativas con poca ropa, ves que tus suscripciones van subiendo exponencialmente, y cuando subis una foto tuya te comés 268 me gusta y 75 comentarios que básicamente y en palabras a veces diferentes dicen "aaaaaeee mameeeta te chupo toda"
Ese, exactamente ESE sería el turning point que a mí, Mercedes Marighetti, la Hofstadter, me haría volver a la realidad. Al qué carajo estoy haciendo. Estoy subiendo fotos mías en bolas para que gente random se ratonee (en el mejor de los casos) y acompañándolas con estados del estilo "Quien me acompaña a la camuchii :$", "tomando la lechita :$ con oreos", o el más frenético y enfermizo "MG si te gustan los picodulces como a mí ñam ñam  :$"
 Ese, ¿es también tu turning point? Mil millones de ejemplos hay donde la respuesta es no.

Y acá es donde ya no me toca hablar a mí. Por más de que no me guste ver tetas en el costado derecho de la página de Fb, creo que esto ya no es normal.
O capaz que sí, que sea una variante de los miles de matices que tiene el ser humano para llamar la atención, para no ser uno más. Pero cosifica. Y me pone a mí, portadora de curvas -permítanme ser egoísta- dentro de un estereotipo donde la mujer no es más que una cara muy maquillada, unas tetas muy resaltadas, una bikini muy ajustada, unos comentarios muy idiotas, donde la liberación femenina no consiste más que en decir "me gusta chupar pijas y soy re liberal porque te lo digo sin tener vergüenza."
Bravo. Decime ahora algo que no sepa. Algo que todas las mujeres no sepamos.
¿Te interesa el futuro? ¿Qué querés para tu vida? Cuando seas grande, ¿qué le vas a contar a tus hijos? ¿que tenías 35.987 seguidores en Facebook porque eras una bomba sexual? ¿que eras re progre y le ponías me gusta a la foto de los nenitos africanos?
Yo quiero que me dejen de tratar de histérica por tu culpa.
Que me dejen de mirar como algo comestible por la calle por tu culpa -y culpa también, sería injusto negarlo, de los incivilizados que no saben respetar a una mujer, dueña de dos ovarios como los de su propia madre.
Quiero que dejen de surgir organizaciones feministas, porque quiero que ser mujer no sea más orgullo que ser humana. Quiero que hombres y mujeres trabajemos juntos por la igualdad y que destruyamos cualquier tipo de generismo preexistente: que los hombres no saben cocinar, que no disfrutan del arte, que las mujeres no entienden de futbol o de autos, que solo les interesa el maquillaje.
Quiero que dejen de acusarme de tener PMS cuando tengo un mal día.
Quiero que mis propios prejuicios queden lapidados.
Y terminé hablando nomás.
Porque no me gusta ver tus tetas en el lado derecho de mi pantalla de inicio de FB, porque me gusta la campaña "enseñar a los hombres a no violar antes de enseñar a las mujeres a protegerse de ser violadas", pero tiene que ser un esfuerzo en conjunto de la sociedad, y si te digo la verdad tu "AKJSDKJSAD tomando la chechona en la camuchi quien me hace compañía :$" no ayuda en nada.
Y fomenta un poquito la pedofilia, si me apurás.

Todos juntos tenemos que luchar hasta la conquista de derechos. Todos somos seres humanos.

*Me fui a la mierda, no quería extenderme tanto. El geniecillo malvado de Descartes me obligó (?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dale, hablame, me vas a hacer muy feliz.

Hacete fan :)