"Un escritor es, por lo general, la mezcla de varias cosas: de la realidad, de sus fantasmas, de las cosas que crea. También, un escritor es esclavo de sus recuerdos. "
Ya no existen escritores.
Bah, si, los clásicos, los que son grandes y siguen vivos, Gabriel García Marquez, Ernesto Sábato.
El resto, best sellers y gracias, Paulo Coelho, Stephenie Meyer, el resto. Gente que no merece ser nombrada para que nadie los recuerde.
Decía que ya no existen escritores como se decía antes, a la vieja usanza. Esos que tomaban un café en el bar, diciendole "mozo, lo de siempre" y sacan su libretita, prenden un pucho -no fumo, pero hace a la imágen poética del escritor el pucho en la boca- y comienzan a escribir, con el ceño fruncido, tachando y reescribiendo, pasándose la mano por la frente, sonriendo de a ratos, levantando de vez en cuando la mirada para ver si se acerca otro escritor conocido, amigo suyo, a repetir su propia escena.
Así se recuerdan entre ellos, "yo veía a Bioy Casares con el tapado negro, escribiendo siempre en la misma mesa en la esquina del mismo bar; tiempo después, cuando lo conocí, no me animé a contarle ese detalle, que supuse le hubiera parecido obsesivo."
Los escritores de ahora, en cambio, ya no salen a la calle. Se sientan frente a una computadora a escribir autoayuda -que garpa más- y ya no crean historias.
Es tanta la necesidad de "fama ya, la vida es corta" que inclusive nosotros, que practicamos para ser grandes, publicamos todo como nos sale, sin siquiera usar el corrector de Word.
Filtro nos hace falta, y también embadurnarnos un poco más con la realidad que nos rodea. Y no me refiero a relatar muertes y choques de autos, sino a la simpleza de las cosas simples, a la grandiosidad que se puede otorgar a un simple cartel mal pegado entre Maipú y San Lorenzo.
Gente que escribe y que lee: Creo en ustedes. Creo en mi misma.
San Martin dijo, serás lo que debas ser o no serás nada. Y yo quiero ser escritora.
Salgamos a la calle, acompáñenme en sus ratos libres.
Bueno, te debía un comentario.
ResponderEliminarLa nota me gustó mucho, nada más que yo la entiendo de otra manera; yo creo que más que el contenido te estás refiriendo a la forma de escritura, y también entiendo que lo de las actitudes de los escritores que describis es nada más que una metáfora para representar el espíritu de la escritura y no que lo digas literalmente.
Por supuesto que no hay punto de comparación entre los que son más clásicos y lo que es literatura moderna. A mi me gustó la Saga Crepúsculo, como también me gusta escuchar las historias de Paulo Coelho cuando me las cuentan (porque no lo leí) pero creo que vos te referís más al "como" y no tanto al "que" pero eso está influenciado por la cultura de cada uno.
En la manera de pintar los personajes es obvio que no hay punto de comparación entre Coelho o entre García Márquez. Además los "clásicos" como les decís vos tocan temas que son mucho más profundos, siempre se requiere un mínimo de conocimiento (cosa que yo no tengo por eso no los leo :P) y además una cultura general que está por encima del promedio. Coelho, Meyer, etc etc. se vuelven comerciales porque son más llevaderos en la lectura, y tienen un contenido más abierto a todos y más identificable quizás, los demás requieren profundidad (siempre hablando de estilo, no de contenido).
Siempre te gustó a vos la literatura poética, descriptiva, que se centran más en el desarrollo de personajes que en la historia misma.
Coelho plantea reflexiones, es más pensamiento que literatura y llega más yo creo que eso tiene a su favor, pero comparto que no es comparable. Aunque, por ahí la culpa la tiene la traducción, quizás en Portugués sus libros están escritos de una forma mucho más literaria, aunque no creo que sea ese el fin, sino mas bien hacer pensar.
Bueh, me parece que me extendi!
Te amo corazon :)