¿Como será la verdad mirada de otro lugar?
¿Cómo es la otra
mitad del mapa del bien y el mal?
¿Cómo es la cara exterior del muro de lo que
soy?
¿Quién fue que me encadenó a mi absoluta razón?
Una prisión tras de las
banderas, una canción presa en las fronteras.
Un corazón ciego en la pelea. Una
ilusión muerta en las trincheras.
Hijos de la procesión hurgando en un
callejón,
el humo de un pabellón que el viento ya destrozó...
Una prisión tras de las
banderas, una canción presa en las fronteras.
Un corazón ciego en la pelea. Una
ilusión muerta en las trincheras.
Distintas luces, una misma claridad, distintas voces, una sola humanidad.
Un ser humano inmensamente solo alumbrando como puede, con
la pobre luciecita remendada de su fe, la gigantesca nada.
El mundo hostil,
doloroso, intraspasable, bajo el aire que, como se sabe, es cada vez menos
amable.
Un ser humano inmensamente solo aferrándose a la idea,
reclamando la posibilidad, suplicando la existencia de un algo, de una fuerza,
de una calma que los ayude a seguir, que los ayude a explicar lo inexplicable, que
los ayude a dormir, y después a despertarse, y después a cambiar.
Un ser humano inmensamente solo alumbrando como puede, con
la pobre luciecita remendada de su fe y preguntándose a los gritos, dónde esta
y cuál es su verdadero dios.
Agarrate Catalina, 2007.
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