miércoles, 28 de marzo de 2012

Se encienden todas las luces y bailemos hasta que alguien cierre el lugar...





¡La felicidad que me produce ser Mercedes ahora es inconmensurable! Casi no reconozco a la mina que vino llorando las doce cuadras porque por cuarta vez había desaprobado una materia que sabía de memoria, que había inclusive ayudado  a otros a entenderla. Por cuarta vez ese cuatro y llorando. Había recogido sus cosas y fue la última vez que psio esa facultad de economía con intenciones de quedarse en una clase.
Hay cosas que nos marcan, un libro, una película, una música, una pieza instrumental, una persona, una pintura, un acontecimiento. Sin repetir y sin soplar: Ensayo sobre la Lucidez de Saramago, Cap ou Pas Cap escrita y dirigida por Yann Samuell, Musas de Catupecu Machu, Música para los reales fuegos de artificio de Händel, mi viejo, la Guernica de Picasso y haber dejado definitivamente de sufrir la Licenciatura en Economía para empezar Comunicación Social y Publicidad. Y definitivamente puedo decir que ese acontecimiento que me marcó, que fue un turning point en mi vida me cambió para siempre. Como persona, como ser humano, en mi manera de ver el mundo, de ver mi propia vida. Contribuyó a acercarme a mi objetivo: Ser lo más feliz posible.
Hoy, a menos de una semana de haber empezado el año académico puedo asegurar algo: JAMÁS me voy a arrepentir de la decisión que tomé. Porque pocas veces en toda la vida se te aparecen certezas tan claras como esta.

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