jueves, 9 de mayo de 2013

Lo más lindo que me pasó.

Lo mejor que me pasó en la vida fue conocerme. Pero conocerme en serio, profundamente. Porque una se encuentra con un amigo y por ahí le preguntan, Che, vos la conocés a Mercedes, y una le responde casi por inercia que sí, que la conoce y es mentira. La conoce de vista, la reconocería en un espejo y entre una multitud de personas en un boliche atiborrado. Y la escuchó hablar un par de veces por lo que conoce el tono de su voz y sus matices pero no la conoce realmente.
Por eso, puedo decir que conocerme fue lo mejor que me pasó.
Obligué a Mercedes a estudiar economía, siendo que ella toda mi vida me habia contado que odiaba la matemática. La obligué a que dejase de dibujar y de escribir poque era una pérdida de tiempo pero por suerte ella nunca desistió de cuidar este rinconcito de nuestra alma que es este blog.
Este blog significa mucho para mí, para ella, para ambas. ¿Por qué? Porque a partir de una lectura seria de sus arranques pude entender que le pasaba, conocerla. Y aprender a quererla, así, libre, bonita, un poco sin filtro, forra, políticamente incorrecta, irónica, sarcástica, buena mina, pacífica, bardera, vanidosa, solidaria, procastinadora, feliz, dibujante, escritora, amante, romántica, aterrada y enérgica.
Descubrí que no solo le gustaba el diseño sino que hasta tenía cierto talento para eso. Y que su lucha contra las injusticias iba más allá de la simple indignación. Descubrí que nos faltaba formarnos mucho para poder hacer una crítica conciente.
No me había equivocado, sin embargo, en el temita del dogma. Con una Mercedes libre y conocida nos dimos cuenta que la idea de dios carecía de sentido, que la autocrítica era un punto principal para sentirnos libres y que los fanatismos nunca traen nada bueno. Que hay que conocer para hablar y que las cosas que hay que hacer hay que hacerlas porque así uno se nutre el alma.
Me gusta Mercedes así curiosa, alegre, aniñada y muy mujer cuando tiene que serlo. Me gusta Mechi cuando va al frente, cuando evalúa las consecuencias de cada paso que da e incluso cuando actua impulsivamente. No me gusta Mechi cuando se deja ganar por la desesperación y le pinta el bajón o la ansiedad. Me gusta la Mechi que ríe, la que escribe, la que dibuja, la que hace lo que sabe hacer.

Nuestra amistad por suerte tiene algunos años ya, y vamos a seguir peleando para que esto prospere.
Porque cuando las personas que dijeron que iban a estar a tu lado siempre no están, lo único que te queda es seguir caminando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dale, hablame, me vas a hacer muy feliz.

Hacete fan :)