domingo, 21 de junio de 2009

Al primer amor de mi vida.-


No podía menos que dedicarte esto a vos, justamente hoy que no es nada original. Pero lo que pasa es que estoy lejos de tus brazos y siento la imperiosa necesidad de hablarte. De decirte las cosas tal y como son. De mostrar mi corazón entero ante tus ojos. Solamente ante tus ojos.

Porque sos la única persona en este universo con la que me siento tan compenetrada, tan amiga, tan hija, tan pequeña y protegida. Porque fuiste el primer amor de mi vida, el primer hombre del cual me enamoré -y aun hoy sigo enamoradísima-, porque tus manos me trasmiten seguridad y tus ojos confianza, porque aprendí a reir con tu risa y a ser fuerte, pero valiéndome de mi misma. Me enseñaste a ser independiente y me regalaste ese gusto tan lindo por la palabra escrita, por los autores latinoamericanos, por devorar los libros que caigan en mis manos. Me enseñaste a no caerme, o a caerme la menor cantidad de veces posible. Y a incorporarme rápido y seguir camino. Siendo fuerte, siendo necesaria para mi misma.
Es inexplicable lo que siento por vos, realmente indescriptible. Cuando era chica tenía la impresión que vos eras una suerte de príncipe de los cuentos, con esos ojos verdes tan lindos, con esa sonrisa fugaz y de costado; pero después me di cuenta que eras mucho mejor: mundano, increíble, grandioso, en todos los sentidos.
Me enseñaste a luchar por mis ideales, pero tambien me pusiste parámetros para elegirlos, no vaya a ser que me tire debajo de un tren por defender el ideal del color de la mayonesa. Me dijiste que hay cosas importantes en la vida, que varían de persona a persona, y yo era la única que podía establecer un orden de prioridades en mi propia vida.

Y cuando aprendí a caminar sola, cuando intenté mover las alas me apoyaste, me dijiste que no sea tan sensible y que preste atención al camino y no mire demasiado hacia atrás, porque lo que yo necesitaba estaba hacia el frente, siempre hacia el frente.

No tengo más nada que decirte. En realidad todo lo que escribí hasta ahora pude haberlo simplificado en un "Gracias" y sé que lo ibas a entender en toda su extensión. Así somos. Pero capaz que yo necesitaba expresarme. Te extraño Papá, como te dije, ya vamos a festejar tu día cuando nos veamos.

Te amo, Ingeniero, gracias por ser el primer hombre de mi vida.

1 comentario:

Dale, hablame, me vas a hacer muy feliz.

Hacete fan :)