lunes, 27 de abril de 2009

Una corta tregua.-

El tiempo que duró la tregua, y me agarraste fuerte de la cintura para bailar al ritmo de un efimero vals que tocó la vida, el tiempo en el que el amor esta siempre vivo, en el que siempre hay risas, en el que siempre hay caricias, en el que el mismo amor desborda los corazones y se escapa por los ojos y las raices del pelo, y por todos los poros del cuerpo y el calor de las manos, el tiempo en que florecen las margaritas blancas y los lisiantus, y el tiempo que por ser largamente esperado, duró tan poco.
Porque tan pocas fueron las felices horas a tu lado, en cuerpo y alma -esa extraña y necesaria combinacion que entiende al amor en toda su extension- que el golpe de bala de una despedida (otra mas, mas dificil que la anterior) por poco me supera,pero aca estoy, viva aun y con ganas de ganarle al tiempo esta batalla que estaba tan seguro de vencer y que ahora, el tiempo mismo y el olvido empiezan a dudar del resultado de la lid.
Las margaritas no se callan con nada
excepto con los besos que tardan dos meses en llegar,
desesperados, a sus labios destinatarios.

1 comentario:

  1. Proximamente, empiezo con mi hitoria de des-amor en mi blog... Te espero!!

    Besitooosss!

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